Al principio de todo esto me preguntaba como podría sobrevivir al luchar contra  una enfermedad rara, al no saber lo que le pasaba a Chloe, al esperar cualquier cosa, cualquier situación, viendo a mi niña empeorar o mejorar sin saber que le afecta, que la enferma, que la cura…

Como a la mayoría de nosotros me han enseñado a proyectar la vida hacia el futuro y nos preparamos en funsión de ese futuro, todos lo hacemos en nuestro día a día, cuando estudiamos, trabajamos, formamos una familia, compramos una casa…pero que pasa cuando esa fórmula ya no vale? cuando pensar en ese futuro te lleva solo un tunel oscuro que no conoces? cuando coges un camino que sabes te lleva a un sitio horrible?

Tienes que aprender a vivir de otra manera, a construir cada día a día como si fuera el último, escribir cada hoja en blanco como si fuera eso, solo una hoja en blanco, ya no hay largos relatos, tienes que asimilar que tu historia durará solo 24 Hs por el resto de tus días.

No voy a negar que al principio me constó mucho, es como aprender a caminar o hablar de nuevo, contradice todo aquello que nos ha formado, es vivir de otra manera, con otra perspectiva, caminando a paso corto sin mirar el sendero, cerrando los ojos a una ventana que siempre aparece en tu cabeza pero por la que no puedes mirar, dando la espalda a ese futuro con el que todos sueñan pero que a ti aterra…es un proceso lento y difícil pero que con el tiempo funciona.

Hoy puedo afirmar que casi lo he conseguido, soy feliz por momentos, muchos de ellos, es fácil serlo cuando miras a Chloe jugar en la playa o cuando la escucho reír en mis brazos o jugar junto a Kaia, cuando mis ojos encuentran esos simples gestos de alegría en su mirada, esos son los momentos que dan respuesta a todos mis pensamientos  y me digo:
“Hoy Chloe ha sido una niña feliz y eso es lo que cuenta”-

Dejar el comentario